Toda historia es fingida. Literatura y fotografía
El tan ansiado proyecto de juntar al fotógrafo José Manuel Navia con el escritor Julio Llamazares por fin fue para adelante. La idea surgió hace año y medio cuando dieron una conferencia presentando el libro Nóstos de Navia. Fueron dos horas de diálogo antológico que pensamos extender a un fin de semana entero y por fin se consiguió. El taller trató de la relación entre fotografía y literatura, dos lenguajes que para ellos andan de la mano. Muchos son los reportajes en los que han colaborado, el último de ellos la crónica diaria sobre los escenarios del Quijote que publicaron en El País el pasado mes de agosto.
Este taller se planteó ante todo como un encuentro, una reflexión conjunta en torno a la jugosa relación existente entre literatura y fotografía, entre palabra e imagen, teniendo la ocasión de hacerlo a partir de distintos trabajos en los que ambos autores han colaborado. Si Llamazares es un escritor que puebla sus textos de imágenes literarias y, además, disfruta “leyendo” fotografías, Navia es un fotógrafo que en no pocas ocasiones “sueña” sus imágenes a partir de las palabras. Y ambos creen en la estrecha relación que se da entre esos dos lenguajes y en la feliz contaminación que se puede y debe producir entre ellos, siempre atentos a evitar el riesgo de que los textos hagan de pie de foto de las imágenes o que éstas sólo se utilicen para certificar las palabras.
Además de trabajar propiamente en el taller tanto el sábado 9 como el domingo 10 por la mañana, el sábado por la tarde todos nos trasladamos a la comarca vecina de Tierras Altas, en Soria, sobre la que ambos vienen trabajando desde hace tiempo (y que está en el origen de una parte importante de la obra de Julio), para enfrentarnos allí, sobre el terreno, a una cierta idea de territorio, no sólo real, sino también literario y visual. Y poder compartirlo a su vez con algunos vecinos de esa comarca.
“Las historias fingidas tanto tienen de buenas y de deleitables cuanto se llegan a la verdad o a la semejanza della.”
Miguel de Cervantes